¿Quieres que tu problema deje de ser el centro de tu vida?
Si tu problema deja de ser el centro de tu vida, tu fuerza, la que dedicabas a ese problema, queda libre para usarla a tu favor.
Hay que ubicarse en el presente, el pasado no se puede cambiar, los hechos ya se han dado, sólo queda recuperar la fuerza para continuar en la búsqueda de un mañana mejor. Y para avanzar necesitamos la fuerza de nuestros padres, de los cuales hemos de tomar la fuerza.
Aquello que ocurrió, lo que fue, ya no es posible cambiarlo, ni reeditarlo, sólo cabe modificar el relato que sobre ello tenemos, para que se pueda trascender y ponerlo a nuestro favor, y al de los demás, en cada instante presente para, con ello, dejar libre el futuro.